sábado, 17 de abril de 2021

3º Domingo de Pascua - ciclo B

 


En el evangelio de hoy, Jesús se aparece a sus amigos, pero les falta Fe para creer en el resucitado.

Jesús les pide algo de comer y mientras tanto les va transmitiendo su paz, esa paz que tanto necesitamos y que solamente a través de la fe podemos alcanzar.

Como dice la canción de Migueli, yendo con Jesús nada nos inquieta, podremos marchar con paz y fuerza por el camino de la vida.



Ahora leamos el evangelio según san Lucas.

Los discípulos estaban muy confundidos. Resulta que no todos entendían esto de la Resurrección de Jesús. Unos lo habían visto por el camino. Otros contaban que se les había aparecido. Pero otros no lo habían visto, y no sabían qué pensar. 

Un día estaban hablando de todo esto, cuando volvió a aparecer Jesús en medio de ellos y les dijo: "Paz a vosotros". 

Pero, entendedme, cuando Jesús se aparecía ahora era ya un poco distinto a cuando estaba vivo. Por eso no siempre lo reconocían. Así que algunos se asustaron, o pensaban que era un fantasma. Jesús se rio, con cariño, y les dijo: Qué bobos sois, no tengáis miedo. Mirad mis manos y mis pies. Soy yo en persona. Y al decir esto les enseñaba las manos. 

Ellos miraban, pero aun así, no sabían qué hacer. Entonces les dijo: "A ver, ¿tenéis algo de comer?"

Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Y él se puso a comer. Entonces sí que lo reconocieron. Porque habían comido juntos tantas veces, en los caminos Jesús les fue explicando las escrituras, que lo que había pasado era lo que contaban los libros antiguos. Les decía que ya estaba escrito desde antiguo que el Mesías tenía que resucitar al tercer día. Y les hizo un encargo: que anunciasen a todo el mundo esta buena noticia.

Lucas 24, 35-48


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